La bebé que se ve en la foto dando su primer la la la es mi sobrina Adriana, tiene ya 7 años y anoche, como integrante del coro de su colegio María Alvarado, se presentó en el Festival de Música Asociación de Colegios Privados de Asociaciones Culturales (ADCA) 2014. Fue su primera actuación fuera del cole y, por supuesto, su orgulloso tío estuvo en primera fila.
La niña que baila huayno y canta gospel


Al verla en el escenario, siendo recién una niña, parada con aplomo ante una audiencia, recordé la primera vez que la vi -el día de su nacimiento-, era una rosada bebé que me sorprendió bebiendo leche de ¡un vaso! después que Lino, mi primo médico, ¡la pusiera de pie y le hiciera dar dos pasos! Carajo, me dije, los niños de hoy sí que nacen decididos.

Cantó, con los otros niños y niñas, como un ángel; en los intervalos entre una y otra canción sonreía feliz, relajada… Al verla, miré al cielo –raso- y pedí que esa naturalidad y alegría con la que emprende la música sea el indicio de un amor hacia esa bella forma de expresión humana. Pocas cosas me harían tan feliz como ello.

El coro, en el que participó, cantó en inglés un breve repertorio, pauteado por la directora de la agrupación coral que acompañó con su piano, breve porque después le seguiría una delegación musical del mismo colegio: una agrupación de flautas y una pequeña orquesta, antes que otros colegios tomaran la posta. Lo que más sorprendió de esos otros números musicales fue la participación de las niñas tocando algunos instrumentos que en otras épocas eran considerados poco femeninos. Algo en el tiempo cambió para mejor.

Ya había visto a “Nani” -como es conocida en entrecasa-, cantando en inglés otras cosas de la tele, aunque, la primera canción que intentaba cantar era en español, “hola don Pepito, hola don José”, ¿cómo olvidarlo? Ya estaba por volvernos locos repitiendo, sin cesar, el título de la ronda infantil cuando no empezaba con su otra favorita: “la gallina turuleca”. Algo en el tiempo cambió para mejor.

Algún tiempo después, desde la cuna pública, se animaba por las danzas típicas dado su espíritu juguetón. No se me olvidan tampoco los cumpleaños de papá, cuando se soltaba de su madre y resuelta, bailaba un huayno o palmoteaba el arpa, rodeada de adultos que la miraban con curiosidad. Desde pequeñita ya era dueña de una desenvoltura social con la que le he podido apreciar en el cole... en el parque donde se hace amigas al toque... 

Justamente, mi padre, su abuelo, de niño, también había demostrado su habilidad para bailar, hecho que lo llevó a ser invitado a un pueblo vecino al suyo como todo un artista, pero, lamentablemente causas de la vida dura en la sierra no permitieron que cultivara la danza, ya de mayor supo rodearse de músicos destacados en reuniones familiares, como el charanguista Jaime Guardia o el arpista Rosauro Medina.

De alguna manera, la familia lleva en los genes la música. Según lo que alcanzó a contarme mi abuela, el destacado guitarrista Pepe Torres sería nuestro pariente. José Arturo Torres Ventocilla, más conocido como Pepe Torres, nació en Gorgor, pueblo de la provincia de Cajatambo en el departamento de Lima, uno de los pueblos donde tengo familia de la rama materna. En una ocasión intenté hablar con él sobre su pueblo y no dio pie para ello, espero, volver a hacerlo en otra oportunidad y ahondar en una investigación para ver si puedo llamarlo tío.

“Put your hand in the hand” es la canción que más me gustó de las que interpretó el coro de… Nani, un tema de góspel pop que se dio a conocer por la, hoy casi olvidada, cantante canadiense Anne Murray, tan presente en las emisoras radiales limeñas en los 70.

Cantando en inglés, bueno al menos, tratando –cuando no bailaba desatadamente- empecé yo también de niño ante mi prima Nancy, que era mi primer público. Claro, lo hacía tan mal o peor que cuando lo hice, años después, en antros “subtes”. Ahí quedo mi “carrera” vo… ciferante.

Nani tendría mejor fortuna que su tío cuyas únicas notas que maneja son las que escribe para los medios, quise “entrevistarla” en el taxi que nos llevó a su casa pero no pude, ella iba pensando en nada y luego dormitaba, de cansancio o quizá guardando energías para llegando a casa hacer las tareas, ¿quién puede con la sapiencia de una pequeña?

¿Y quién puede despertar el sueño de una pequeña y linda… artista? Sólo me queda escribir esta nota deseando de corazón que sea la primera de una vida creativa sobre un escenario. O debajo de éste pues lo importante es comprender que la música es una protección natural “contra todos los males del mundo”, como cantaba Luis Alberto Spinetta. Perdona Nani, no alcancé a decírtelo.

Te quiere mucho, tu tío wili.