Gustavo Cerati dijo finalmente, adiós y desde el minuto en que se conoció su partida se empezó a hablar y a escribir sobre su importante trayectoria musical tanto o más que en épocas de Sodamanía o de las idas y venidas de la banda. En este breve y rápido análisis intentaremos ubicar su rol en la música POP de Latinoamérica.
Algo de historia (rocanrolera)

SANDRO Y SU BANDA ROCANROLERA

En el siglo XX, a diferencia de los anteriores, los géneros de música popular se dieron a conocer con más intensidad y rapidez; diversos factores posibilitando ello, citemos dos de ellos: los medios de comunicación y la industria fonográfica.

Dos géneros, cuyas raíces primigenias se sembraron en África, tuvieron un paulatino pero constante posicionamiento mundial, estos géneros son el jazz y el rock, el primero se fue gestando desde el siglo anterior y el segundo desde las primeras décadas del siglo XX.

El rock ha cumplido en la segunda mitad del siglo XX un tremendo rol. Ha aportado a la humanidad no sólo muestras bellas/salvajes de música, sino otros elementos vitales para la convivencia, por ejemplo, el rock, prácticamente, instauró la categoría joven en la historia, pues antes de éste, eras niño o eras adulto.    

El rock se dio a conocer en Latinoamérica en la misma década de su bautizo: los años 50; si bien desde fines de esa década ha habido representantes de rock en la mayoría de países del continente no es hasta los 80s con el advenimiento del denominado boom del rock en español -o en castellano- que el rock hecho en nuestros países, latinos, es visibilizado, llegando a ciertos niveles de masividad.

Para lograr esa masividad no sólo contó con la radio sino también con el uso del video-clip -y por ende, la presencia más continua en TV-, con la viralización del casete –un formato más rápidamente reproducible/copiable que el vinilo- y con la puesta en escena más constante, así las giras internacionales que no eran habituales, en décadas anteriores, para las bandas latinoamericanas, empezaron a propiciarse.

Soda y otros incombustibles

GUSTAVO CERATI Y FEDERICO MOURA

Soda Stereo, con una intensa presencia en medios internacionales, pasaron a ser la primera banda en español en realizar una gira por Latinoamérica, creo que fue el primer grupo en explotar la idea de expansión por toda la región.

Soda Stereo, qué duda cabe, se convirtió en la punta del iceberg del boom. Cerati fue el principal compositor de esa banda, su líder indiscutible. Cerati ha sido entonces, para muchos, la encarnación del boom, y el boom ha sido el momento más recordable, más popular, que ha conocido el rock latinoamericano.

Ojo, no digo que haya sido el mejor momento del rock latinoamericano -cada década ha tenido lo suyo-, sino el más visible, incluso para personas que no les interesa o que solo lo consumieron en determinada etapa de su vida. Ello explica el despliegue mediático ante la muerte de Cerati, algo que me parece nunca visto antes en Latinoamérica, al menos en el caso del rock. Y el hecho de que un papa, por más argentino que sea, haya enviado sus condolencias, ¿qué significa?

Tampoco digo con esto que Cerati haya sido el más grande rockero latino de la historia, han existido compositores e instrumentistas notables, sin ir muy lejos geográficamente, Luis Alberto Spinetta, otro memorable músico argentino, bien mereció todos los homenajes posibles y la atención mundial por su valiosa y larga trayectoria artística. No es necesario decir que músico es más importante que otro, es más interesante analizar el contexto socio-político-cultural en que su aporte se dio.

charly garcía y luis alberto spinetta

Cerati fue un notable compositor, buen cantante y eximio guitarrista, pero más que eso, fue un esteta, un urbanita lúdico, uno de esos seres que parecen la reencarnación de un personaje del renacimiento y ha expresado en pasajes musicales sublimidad y catarsis y en sus letras, intuición, proyección y trascendencia.

Para una generación ochentera, a la que pertenezco, la muerte de Cerati bien puede equivaler a la muerte de Lennon. No es compararlo, no es decir que la música de uno sea tan importante como la del otro, eso no interesa, cada quien tiene sus propios gustos o criterios para considerar más a un músico que a otro, a mí me gustan ambos, sino a lo que me refiero es a términos de trascendencia, mucha gente latina que descubrió la música en los 80 lo hizo con Soda, con el boom. Es más, mucha gente se formó como persona con esas canciones en nuestra lengua natal como si fuera una transmisión de padre a hijo, de hermano mayor a hermano menor; canciones en español constituyen la banda sonora de nuestras vidas, escucharlas nos remiten a momentos lindos o nefastos, igual de intensos.

“Soda Stereo me volvió fan de la música, me hizo coleccionista, me ayudó a explorar y a descubrir artistas que luego se convertirían en mis favoritos” dice el colega Juan Carlos Cabrera, digamos un doctor en Sodamanía. A mí, la música, sobre todo la de mi país, la de mis hermanos latinos como Soda, me ayudaron a vivir, y no es una frase hecha o un acorde mal tocado.

Para muchos, me incluyo, las letras de Cerati, de Spinetta, de Alaska, de El Último de la Fila, de Los Prisioneros, de Maldita Vecindad, de Narcosis, de María Teta, de Legiao Urbana, de Aterciopelados, de Cazuza, de Siniestro Total, y de tantos otros compositores y bandas latinas me han dicho más de lo que escuché en la escuela. Y musicalmente, me han conmovido y sé que acompañarán a mi espíritu cuando me toque decir adiós.

Interferencia de guitarras y peinados

La historia del rock argentino –bueno, decir rock es ya un cajón de sastre mundial- es apasionante, heroica y excitante; creo que su mayor división la ocasiono no sólo la guerra de las Malvinas sino, como en otros países del mundo, el punk y los sub-géneros renovadores que corrieron paralelos a éste.

A fines de los 70s las nuevas oleadas empezaban a azotar Buenos Aires, bandas imprescindibles como Virus, Sumo, Los Encargados –de Daniel Melero-, Los Violadores, entre otras empezaban a formarse, sembraron lo que después se extendería por su país y que hasta hoy tiene consecuencias. Todo ello en plena dictadura y pre-conflicto de Las Malvinas. Hay que precisarlo. Y no solo era una época de agitación musical, sino, eso también ocurría con diversas expresiones culturales urbanas.        

A ese grupo de bandas, a fines de 1982 se suma Soda Stereo, que desde sus inicios condensa diversos géneros y sub-géneros musicales modernos y lo seguirá haciendo a lo largo de su trayectoria. Muchos vieron en ello vanguardia, yo encontré actualidad. Lo que hizo después Cerati solo o con otros compinches fue extender aún más ese vuelo musical.

Esto solo es parte de la historia.

Bonus track: ¿Nada Personal?

Invitaciones radiales 

Este apurado texto, confesión de parte, ha sido elaborado tras una madrugada en blanco, con la poca lucidez que me queda los invito a sintonizar hoy y mañana un par de programas de radio donde hablaremos de estos temas.

El primer programa se emite hoy, a las 7PM (hora de Lima) en Radio Programas del Perú (RPP), en la hora dedicada a informes especiales, Cerati será el tema a tratar. En la conducción estará Fernando Carvallo, y habrá un panel integrado por el periodista Juan Carlos Cabrera, periodista sodamaniaco y productor del primer disco tributo a Soda Stereo realizado en el país -2006-, y yo, un comunicador apasionado por la música.

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Y mañana lunes, estaré en la radio online del Instituto Superior Orson Welles, en el programa de Juan Vargas: "Rocka Fuerte". La cita es a las 11AM y puedes seguirlo aquí.